Tomando las riendas

        A veces los acontecimientos de la vida “nos ocurren” haciéndonos sentir marionetas sin control. Son esos momentos de inconsciencia, en los que somos meros espectadores en lugar de protagonistas. Y la diferencia, que surge del simple hecho de tomar consciencia de dónde estás de qué haces aquí y de cuál es el objetivo que persigues, marca la diferencia.

En el primero de los casos, los días se van sucediendo cargados de hechos que sientes ajenos, y que normalmente llenan tu día de incomprensión, sufrimiento o hastío. En el mejor de los casos, te hacen disfrutar pero luego al acabar el vacío que dejan es tan grande que comienza una espiral de sufrimiento desbocado.

          Nada de eso es vivir. Vivir es tomar las riendas, es crear tu película, es tener claro el objetivo y saber que TODO lo que ocurre, TODO lo que llega, TODO lo que experimentas es un aprendizaje que te acerca a eso que persigues. Así, en cada esquina, en cada paso dado, en cada ser que se cruza aparece siempre un maestro que te ayuda a crecer, como si estuviera puesto ahí por algo. Y es que es así, porque así funciona el universo. Todo lo que llega a tu vida, lo hace por afinidad y cualquier persona que se cruce siempre va a mostrarte aquello de tí que necesitas aprender. Ahora puedes buscar al maestro en todo, implicarte hasta los tuétanos y crecer o simplemente pasar de largo y subsistir.

A veces hace falta un zarandeo, algo que agite los cimientos. Cuando pones consciencia en tu vivir, nada ocurre por casualidad y ese “a veces” hace que para sentir de verdad la plenitud en tu vida, la plenitud del A.M.O.R, necesites primero soltar, llorar, gritar desconsoladamente y después entender que nunca poseíste nada, sólo experimentaste lo que tocaba y te llenaste hasta rebosar con la experiencia, y que ahora no hay nada que llenar porque nada está vacío, nunca lo estuvo, nunca podrá estarlo mientras el latir de tu corazón te recuerde que sigues aquí. Y entonces entiendes que amar es el estado natural, sin nada que esperar, sin nada que pensar, sin nada que objetar…. Y entonces es cuando EMPIEZAS A VIVIR.

VIVR

Algo dentro que se empeña en colocarte en el centro de todo y mantenerte con ello esclavo en la espiral de dolor, de sufrimiento y de culpa que te arrastra, te ata y te domina.

Luego como un golpe de aire fresco, un día descubres que “ese algo” solo es tu mente en un afán de perpetuarse y no desaparecer, en un afán de ser lo importante. Sin embargo ese descubrimiento no te lleva a liberarte del sufrimiento, tal vez lo alivias, tal vez aprendes a que la espiral dure menos, pero no lo liberas. Ni siquiera la aceptación te liberará de él porque aceptar conlleva un juicio… “aceptas” aquello que no te gusta, porque lo que te gusta, simplemente lo abrazas. Y el juicio te sigue manteniendo en la dualidad de los opuestos.mi nube

Has de entender el porqué de ese juego de la mente y cuál es su naturaleza. Después, es necesario que te fundas con la vida, que cada instante de tu día sea tu universo y en cada universo manifiestes tu grandeza, basta una sonrisa dibujada desde dentro, basta un guiño, basta un tomar aire con consciencia…. y es entonces cuando la vida ya no es eso que te ocurre sino que tú eres la vida que vives, tú eres el universo.

LA ÚLTIMA LECCIÓN

ACORN     

La última lección, la más difícil de todas, la que te enfrenta a ti mismo. Desnuda el alma,  te encuentras sola y desprotegida en el borde del abismo.  Nada  te separa de la infinidad del todo, de la infinitud de tí.  En realidad siempre ha sido asi, pero ahora eres tú, tú enfrentada a ti. No enfrentada al mundo, no, enfrentada a ti. 

Saltar o no, seguir camino o no, es ahora tu elección, ésa que va a marcar el devenir de tu tiempo. Hasta aquí has reído y disfrutado cada piedra del camino pero también has llorado con cada cubierta que se rompía, que cual capas de cebolla te envolvían impidiendo permear la vida.

Aun no sabes  si todas las piezas de ese puzle que has roto en mis pedazos, que has intentado entender y aceptar, pueden ahora reunirse para expresar la esencia del AMOR. Primero tienes que saltar. El abismo te espera, pero elijas lo que elijas el tiempo ha  pasado y como reflejo de su impermanencia te regala una realidad  donde nada es lo que ha sido y donde aprender llega convertido en algo necesario como lo es respirar.

Nada tienes, a nada perteneces, nada eres. Y eliges, eliges saltar a ese abismo confiando en que las alas, antes o después, se abrirán elevándote majestuosa sobre el cielo azul, mezclándote con el, difuminándote en él hasta ser parte de él, hasta SER sólo la esencia del  AMOR.

AUTOPERDONARSE

autoperdon De todos los actos conscientes, el mas difícil de todos pero imprescindible es el autoperdón porque hasta que ese acto no es realizado no podrá manifestarse en ti la verdadera energía del amor. Hasta que eso ocurra, la mente guiará tu vida, creerás ser y vivirás como si fueras lo que tu mente diseña e imagina para ti, serás esclavo de tus pasiones de tus emociones y deseos.
En algún momento de tu existencia algo actuará como un catalizador poniendo en marcha un proceso que te conducirá por sendas a veces insospechadas hasta ese primer acto consciente que te librea de toda culpa porque de la misma manera que nadie culpa a un bebe por tirar y romper un cristal de Murano en medio de una rabieta tú no puedes ser culpable de tus actos inconscientes.
La enzima que actúa de catalizador será diferente para cada uno. Incluso a veces, echar a perder por inconsciencia aquello que ha sido tu sostén, estropear lo mas bonito que has tenido puede ser el catalizador necesario para que entiendas y aprendas que la vida es lo que está en tu presente, que es ahora cuando el amor debe manifestarse, y que ayer y mañana están contenidos en el ahora como una nota lo está en la sinfonía del universo.

EL MEJOR REGALO

Cada minuto que vivo es único. Cada uno de los millones de minutos que he vivido hasta ahora han sido únicos, y cada uno de ellos me ha llevado por experiencias diferentes. Algunas, dolorosas como es difícil imaginar, otras preñadas de los sentimientos mas nobles y bellos que pueda albergar corazón humano, otras, un-instanteemociones que apenas sería capaz de contar en voz alta… pero con todas he aprendido, con todas he crecido, con ellas he construido lo que manifiesto ahora, lo que expreso a través de mi. Sí, porque naciendo y muriendo con cada uno de esos instantes he ido forjando lo que soy, y lo que soy ahora está muriendo para dejar paso a lo que ya soy en el instante que viene.

      Lo que cada uno de esos instantes me ha enseñado jamás lo podré encontrar en ninguna enciclopedia, jamás lo podré encontrar en sitio alguno que no sea dentro de mi.

Por eso no lo dudes, la vida es el mejor regalo que jamás hayas imaginado. Permítete vivir cada segundo como si fuera el último que te queda por vivir, y permítete también morir con cada uno.