Reposando en el silencio interior

 

mindfulness

 

Empezar algo nuevo sabiendo que se pone frente a mí el gran reto de encontrarme y sentirme también en medio de esa novedad que me inunda, refresencante es posible pero incierta, agotadora y lejos, muy lejos de la esa zona de confort en la que me fui redescubriendo. A merced otra vez, de pronto, de todo aquello que agita mi sentir.  Sencillo si ya sabes que no estás en lo que ocurra fuera, sino que eres lo que habita dentro. Pero no resulta fácil.

No lo es porque lo nuevo sacude los cimientos poniendo a prueba la solidez de lo construido. No lo es porque lo nuevo absorbe la energía y me deja vulnerable y a la deriva. No lo es porque lo nuevo llega para recordarme que el cántaro ha de estar siempre lleno, sí pero también la copa vacía a cada instante. Y vaciar la copa requiere mi atención constante, mi calma mental, mi presencia  y  mi pericia.

           ….pero ¿y si fuera como pasa siempre, todo mucho más sencillo? ¿y si bastara con decidir simplemente vivir y estar? ¿y si al hacerlo comprobara que basta con observar y permitir  y que es  entonces que la copa se vacía? ¿y si comprobara que puedo reposar en el silencio esperando el surgir del ruido y que es justamente en ese reposar en donde puedo  Ser? Porque el ruido, impermanente termina desapareciendo, no he de derrotarlo, sólo dejarlo estar, permitirlo y observarlo mientras que Soy  en el silencio que todo lo abarca.

Y es que la elección sigue siendo la misma, solo cambia el paisaje. Y ahora sé que se abre ante mí un nuevo espacio para llenar de lo único que tengo a raudales y puedo ofrecer,  llenarlo de mí.