Lo que de verdad necesitamos vivir.

camino

Ocurrió hace muy poquito. Ocurrió al tomar consciencia de un hecho que zarandeó mi estabilidad haciéndome sentir cómo cientos de puñales se clavaban en mi corazón. Fue tan grande el dolor que renegué del camino recorrido, renegué de todo lo vivido y de todo lo sentido.

Entonces opté por sentarme conmigo y al permitirme observar comenzó a mostrarse ante mí una certeza inmensa que fue tornando lágrimas en sonrisas de esperanza y que fue haciendo brotar de nuevo el agradecimiento en mi corazón. Y aunque el dolor persista, ya no hay sufrimiento.

Y es que hay veces que lo que tú esperas de la vida y lo que la vida te trae son diferentes. Lo que  tú esperas siempre se basa en anhelos de futuro, en proyecciones de tu mente imaginando aquello que necesitas y creando en ti un deseo de lo que supuestamente has de tener/vivir/experimentar para alcanzar la felicidad.

Sin embargo, la vida no funciona así. El universo va poniendo delante tuyo aquello que necesitas vivir, bien para aprender las lecciones que has venido a aprender o para experimentar las consecuencias de las acciones que has tomado. No como si fuera un premio o un castigo, sino mas bien siguiendo esa ley universal de la causalidad que dice que a toda acción le sigue siempre una reacción.

Cada vez que sientas que se produce un escozor en tu interior ante determinados acontecimientos que la vida te trae, no te permitas sumirte en ese pozo oscuro de dolor o tristeza. No te lo permitas, al menos sin antes tratar de entender qué es lo que la vida te está intentando mostrar y qué es lo que tu sientes que quieres experimentar. Y sí, como digo «…. no te permitas sumirte», porque sí, somos nosotros los que lo permitimos o no. Tenemos por supuesto el control sobre lo que sentimos. Cuantas veces he oído eso de …. !ay hija, es que no puedo evitarlo! Falso. Argucia de nuestra mente para desproveernos del control sobre nosotros mismos… Sí, claro que podemos evitarlo, otra cosa es que cueste hacerlo. Pero está en nosotros y es nuestra elección.

Porque es cierto que nadie elije voluntariamente aquello que le va a hacer sufrir. Pero este sufrimiento es la consecuencia que tiene sobre nuestro sistema emocional el empeño en ir contra lo que la vida nos va trayendo. No elegimos sufrir, es cierto, pero elegimos ir contra corriente…. y al tomar esa decisión que nos aleja de la armonía experimentamos las consecuencias que nos hacen sufrir.

Este es uno de los trabajos interiores que cada uno debe hacer consigo mismo que seguramente mas costoso y doloroso sea, al menos lo es para mi. Porque a veces incluso supone tener que renunciar al propio camino interior … para recorrer el verdadero camino interior. Renunciar al camino interior que nuestra mente ha diseñado como necesario….,  para recorrer el camino interior que nuestro ser necesita para ir acercándonos a él. 

Para poder emprender ese camino necesitas soltar, soltarlo todo, creencias, sentimientos, ideas y ponerte realmente en manos del Universo, de Dios, del Do, de la Fuente, de aquello en lo que creas lo llames como lo llames, sabiendo que ante tí aparecerá aquello que te hará crecer de verdad. Y así será que comenzarás a sentir armonía entre lo que tu corazón siente y lo tú mente piensa.

Así, cada vez que sientas en las entrañas el enfrentamiento entre lo que crees que debería ser y lo que es, cada vez que sientas que la vida está siendo «injusta contigo» y te empeñes una y otra vez en vivir aquello que el destino parece negarte …. para y analiza. Suelta y confía en que lo que la vida te va a traer es lo que realmente tu Ser necesita, aquello que en algún momento pactaste contigo mismo para experimentar

El instante que es

la eternidad en un instante

Aprendiendo cada día, aprehendiendo a vivir en cada esquina, que si no aprendo muero en cada hoy. Y así, aprendiendo cómo en cada paso caminado se volcaron los anhelos que llenaron un momento y que alimentaron un presente, culminando de regalos una existencia que amó hasta doler y que ahora se convierte en lecciones que aprender para desanclar lo que ya fue y dar paso a lo que nace. Curiosa lección de vida que enseña que nada puede nacer si no hay hueco, y no hay hueco si no vaciamos y aireamos el espacio.

Y eso que nace, que llega preñado de posibilidades, momentos eternos por plasmar en una realidad incierta y  llena de esperanzas en donde la sonrisa incipiente cura al corazón herido si éste aun no ha aprendido lo efímero del momento donde la  eternidad se manifiesta porque la eternidad es el instante en el que vives en tu  corazón, porque ahí todo cabe y todo es.

 

Aquello que amo

Reflexionando sobre cómo ha cambiado la influencia que ejerce sobre mí aquello que amo.

corazon-mariposa-1010

¿Con cuanta frecuencia sufrimos porque permitimos que lo ajeno a nosotros controle nuestro sentir?  Todos y cada uno hemos de avanzar para convertirnos realmente en maestros de nuestro camino, en maestros de nuestra vida, en definitiva convertirnos en nuestro Maestro interior.

Durante ese proceso en el cual comienzas a sentir tu vida con responsabilidad y consciencia , comienzas a afrontar también que vivir no es algo que ocurre sin más, sino que está dentro de ti el modelar lo que desde fuera entra y sedimenta en tu interior. Sólo en ti está la clave para permitir que cualquier estímulo de fuera te dañe, te haga crecer o simplemente pase sin dejar poso.

Ha sido mi propio caminar quien me ha enseñado que ya es tiempo de dejar de gastar energías en intentar controlar y dominar aquello que está fuera de mí.  En todos los lenguajes posibles el universo siempre me ha dicho de la importancia de  enfocar mi energía hacia el interior. ¿pero qué quiero decir hoy con esto?

En ese proceso de alcanzar la maestría de tu vida no basta (como yo creí) que valía con tomar consciencia de mi vida y mi reacción, no basta (como yo creí) que valía con entrenar mi mente para no permitirla generar en mí sufrimientos irreales, no basta (como yo creí) con saber que somos creadores de realidades y que gestamos a cada instante la realidad en que vivimos porque el universo se adapta siempre a nuestra consciencia.

Nada de eso, con ser importante, es suficiente mientras no entendí que es en el corazón donde nace la mariposa en que me estoy transformando….  y que la transformación no ocurre en mi mente. Empezar a sentir, conectar con el corazón sin importar lo que otros, lo que hay fuera, sientan. Porque todo eso es «externo» y lo que es externo no está en mi controlarlo… y además, tampoco importa. Si yo amo, ¿qué más da lo demás?

Y así, un día te das cuenta y  empieza a surgir la magia.  Ésa que te hace conectarte con aquello que sientes y como lo que sientes es todo, te conectas con Todo… ¿y qué importa entonces lo que ocurre fuera?  Ya no importa lo que ocurre cuando entiendes que lo que sientes sale de ti, sin necesitar que lo que ocurra fuera de ti te sea devuelto.

El amor que surge solo puede irradiar hacia el exterior.   Y hoy la maestría es conectarte a ese amor que surge e irradia, ….. y no al revés.

Gracias por habérmelo mostrado.