La mente y yo

monje en peñon

La mente, esa extraña compañera, siempre fiel, siempre mostrando todo lo que te va a ocurrir, siempre pendiente de  fortalecer tu interior protegiéndote de todo aquello que te daña, yendo siempre un paso mas adelante…. Exacto ahí le has dado. Yendo siempre un paso por  delante, porque cómo sino va a ser capaz de prever todo aquello que te va a hacer daño, cómo sino va  a ser capaz de prever todo aquello que necesitas.

Sí, porque la mente conoce lo que deseas a cada momento. La mente tiene el registro de todo aquello que te ha ocurrido en la vida, hechos en los que ella ha participado, hechos que la han ido fortaleciendo porque siempre es esa compañera fiel que te acompañaba en los momentos duros, llorando contigo, y también en los momentos dulces disfrutando contigo.

Vaya paradoja!.

Hasta que un día te das cuenta de su verdadera naturaleza. ¿Ah? Pero ¿qué ocurre? ¿Qué no es a mi a quien proteges? Vaya, vaya…. Te estás protegiendo a ti. Al hacerme creer que te necesito, al hacerme creer que gracias a tu capacidad para prever al mundo, para establecer lo que los demás sienten, piensan y esperan de mi, haces que te necesite porque me haces sentir protegida y acompañada. Y al hacerlo te perpetuas.

En realidad no hay maldad en ti, sólo tu necesidad de sobrevivir.

Pero tu supervivencia es el encarcelamiento de lo que soy, porque mientras tú domines a mi me encierras en un cofre sin opciones de salir.

Esta batalla que ya comenzó hace tiempo, se libra cada día, cada segundo y cada instante cuenta, porque cada instante en el que bajo la guardia, tú recobras fuerzas.

Pero me tengo a mí, a lo que soy que me invita a escuchar el interior, a mí y a esos otros maestros que en la retaguardia cubriéndome en semicírculo como se protege de verdad, sin dejarse ver pero haciendo sentir su presencia, me dicen como son las cosas, me muestran manifestando en mi día el horizonte que solo se puede llenar cuando se está en el ahora.

Y es en el ahora donde la mente pierde la batalla con el Ser.

Transformarse y evolucionar

mariposa.Transformarse y evolucionar. Todo lo que existe, existe porque cambia. Todo lo que nace evoluciona y al hacerlo se transforma de modo que nada es hoy como era ayer. Y pretender que lo que fue ayer, hoy perdure es pretender detener la vida, y la vida no puede detenerse sin morir.

Porque la transformación es fuente de vida, y así  la mariposa es oruga antes de que manifieste su bello volar, y en ese bello volar lleva impresas las huellas de aquel gusano que fue. De igual forma, el continuo relacionarse de las cosas. Lo que hoy forma parte de mi, mañana forma parte de ti. Es así como es… por mucho que nos empeñemos en evitarlo. Es por eso que con cada relación que mantenemos a nuestro paso siempre nos llevamos puesto algo que nos enriquece y que pasa a formar nuestra experiencia de vida. Pero también dejamos una parte de nosotros en el alma de la vida. A veces, muchas, sin darnos cuenta y sin ser conscientes de la enorme responsabilidad que encierra nuestra existencia, nuestro simple pasar, porque esa sonrisa,   esa palabra dicha apenas sin querer,   esa energía proyectada va a marcar el hoy de quien lo recibe contribuyendo a crear los cimientos de lo que es. Porque todo deja huella, nada pasa desapercibido en el juego de la vida. Y con qué frecuencia lo olvidamos!

Y de esta forma, cuando miras hacia dentro encuentras, integrado en ti, formando parte de lo que hoy eres, cachitos de tantos y tantos que pasaron por tu vida, creando así un perfecto baile en donde todos somos al tiempo maestros y discípulos, aprendiendo y enseñando, creando la existencia en la que somos.

Tú eres yo y yo soy tú. Simplemente, la consciencia de la existencia. Simplemente SOMOS.

SENTIRSE QUERIDA

amor 2

Hace poco en un intento ya recurrente por permanecer,como un viejo amigo que te acompaña sin casi darte cuenta y con el que ya estás tan identificado que no sabes si eres tú o él, mi mente me preguntó,

pero piensa ¿acaso te sientes querida?  

Y fue en ese momento, entonces,  que me di cuenta que sentirme o no querida era una limitación que ella misma me imponía manteniendo en mi interior una atadura que sólo podía provocar sufrimiento. Atadura a un pensamiento, atadura a una etiqueta. Mostrando una carencia .

Cuántas veces caemos en ese “lo único que necesito es sentirme querida” y cómo esa creencia nos marca sumergiéndonos sin darnos cuenta en la cárcel de la mente. Porque anhelar sentirse querido es acotar cómo debe sentir, actuar, y comportarse el mundo que te rodea.  Anhelar sentirse querida desde el exterior es poner límites a lo que en verdad ya eres y se manifiesta.

 Cuando tu corazón ama lo hace sin condiciones. Es la mente la que limita, la que imagina, la que impone sus reglas.

En lugar de eso, cuando tu corazón ame,  conéctate al sentimiento, a la energía que brota de ti déjate llevar con ella y vive cómo se proyecta hacia fuera haciéndote experimentar y sentir la conexión contigo y desde ahí con el universo. Y no podrás dejar de amar.

Y entonces, cuando la mente te vuelva a preguntar si te sientes querida, deja que sea tu Ser quien responda y dile  que sí, que sentirse querida es sentir el amor que nace en el corazón, que sentirse querida es amar y que amar es vivir.

El otro día leía que cuando construyes tu mundo con otras personas, aprender a ser sin ellas es crecer.

Efectivamente así es como es.

Amor 1

AUSENCIA DE TÍ.

presencia mental 2

Esta mañana comenzaba el día leyendo el post de una amiga en donde rezaba: «Hazte un favor: Se feliz. No con nadie, sino contigo. Valora tu compañía. Un día entenderás que la ausencia de uno mismo es terrible.

“… La ausencia de uno mismo es terrible.”

 Pero ¿qué es exactamente la ausencia de uno mismo? ¿cómo podemos tener ausencia de nosotros mismos? Y me he quedado dándole vueltas a esta aparente paradoja, para al final llegar a la conclusión de cuán fácil es tener ausencia de uno mismo y cuánto daño nos infringe dicha ausencia.

Cuántos momentos al cabo de un día, de esos normalitos que acontecen en la vida de cada uno, de esos en los que te levantas, te aseas, paseas con ese amigo peludito que acompaña tus días, desayunas, vas a trabajar, etc etc etc… tienes ausencia de ti. Al final esa ausencia de ti hace que pases por la vida como un autómata y los años te engullen, te engullen  y no has vivido. Porque la ausencia de ti son todos aquellos instantes en que distraído vas con la mente revoloteando de un lugar a otro, inventando historias acerca de aquello que igual acontece en algún momento, inventando interpretaciones de hechos que ya ocurrieron, un pasado en el que seguramente tampoco estuviste «presente» y que por tanto, tampoco viviste.

Sí, la ausencia de uno mismo es terrible.

Aprende a estar contigo. Vive con consciencia, con presencia cada instante de tu existencia. Zambúllete de lleno con la vida ¿Acaso podrás volver a disfrutar de la fragancia de esa flor? ¿Acaso podrás volver a sentir el abrazo de tu hijo, el abrazo de ese amigo? ¿Acaso podrás volver ver a esa luna saliendo en el firmamento? No, en este juego que es la existencia, cada momento es en verdad único y es irrepetible… y nos los estamos perdiendo, empeñados en ignorarlos, en menospreciarlos, prisioneros de una mente que imagina pero no vive,  que fantasea pero no siente… y al final hemos pasado por la vida con la mochila vacía de recuerdos, sin saber si quiera qué somos ni que hacemos aquí. Fragmentando cada vez más lo que imaginamos ser y alejando a cada momento la posibilidad de manifestar la esencia de lo que realmente somos.

Vive, sumérgete en cada instante, experimenta desde el corazón. Y así no tendrás nunca ausencia de ti. Serás felicidad, porque tu vida será plena, plena de instantes vividos, plena al fin de ti.