No te engañes y descansa porque lo que no está en tu presente … no existe.
Aprende a mantener el foco de tu mente en lo que estés haciendo a cada instante… ahí no hay dolor porque nadie te está hiriendo ahora, nadie te ha abandonado ahora, ultrajado ahora, … ahí no has fracasado porque nada está saliendo mal ahora, no has triunfado porque nada está saliendo bien ahora… ahí simplemente estás tú viviendo la vida, ahí simplemente eres… ¿simplemente? ¿Acaso puede haber algo más grande que ser?.
No te engañes, no, lo que no está en tu presente no existe.
Y a veces lo imaginamos porque no sabemos no hacerlo, porque nuestra mente, generadora de pensamientos no sabe hacer otra cosa, no la hemos enseñado a hacer otra cosa. Nuestra mente continuamente genera ideas y es tan buena haciéndolo que nos enganchamos a ellas creyendo que describen fielmente la realidad de lo que somos. Es tanta la dependencia que nos creamos que a veces incluso creemos que desapareceríamos si dejáramos de pensar, plenamente identificados con el producto de nuestro pensamiento poniendo ahí lo que creemos que somos pero … No, no somos eso que pensamos.
Y porque lo que no está en tu presente directamente no existe, vive con la atención puesta en lo que estás haciendo en este preciso instante y así, al hacerlo liberarás a tu mente del peso de tener que sostener realidades imaginadas que te llenan de angustia y sufrimiento.
Eso sí, cuando te abandonen, ultrajen, fracases, triunfes, pierdas, ganes vívelo con toda la fuerza, entrégate sin miedo a vivir a sentir también ese instante en el que ocurre pero no lo arrastres durante días, semanas, meses porque cuando ya no está en tu presente no existe No mantengas el pensamiento, la emoción, no cargues con ellos. Vacía tu mochila de todo aquello que no esté en el ahora. Cuando el acto termina, vuelve tu pensamiento al presente.
La práctica meditativa actúa a muchos niveles en el proceso de crecimiento interior, pero de entre todos ellos, éste es uno que sin lugar a duda reporta a quien la practica una enorme paz y frescura. Durante la práctica meditativa educamos con mucha suavidad a nuestra mente para permanecer en el ahora. Qué expresión tan trillada hoy en día, cierto, pero que poco conseguida para la mayoría. Esa práctica, esa educación de la mente podemos hacerla tanto en las «sentadas formales» como durante el día normal de actividad. De hecho, es durante nuestra actividad diaria cuando experimentaremos los frutos de haber enseñado a nuestra mente a estar en el momento presente.
Si ya eres meditador, tal vez nada de esto sea nuevo para ti pero si aún no te has decidido a empezar, si aún no lo eres, te invito a que hagas esta pequeña reflexión. Recuerda la actividad que hayas hecho antes de leer esto y simplemente piensa qué de atento has estado a ella, ¿tu mente ha estado todo el tiempo pendiente de lo que estabas haciendo o por el contrario «se ha distraído» con mil estímulos que te han hecho recordar hechos pasados o te han llevado a posibles futuros que tal vez ocurran? Dicen que por nuestra mente pasan al día alrededor de 65.000 pensamientos…. Qué agotador! Qué cantidad de energía mental gastada en generar pensamientos sobre acciones que no están aconteciendo en el ahora. Y así creamos una vida llena de estress, ansiedad y depresión… cómo no va a serlo si nos creemos y sentimos como si la vida fuera la proyección de esos 65000 pensamientos que cruzan nuestra mente cada día!
La vida no es eso. La vida es lo que está ocurriendo ahora y si tú no pones tu consciencia en ello … ¿estás acaso viviendo?