Vivir el momento presente es ganar la eternidad del instante en el que eres.
Tu plenitud está ya ahora y el ego siempre imaginará un mundo diferente que te hará desear o rechazar aquello que no es. Sucumbir al producto de la mente es perder la batalla contigo. No necesitas gustar a nadie, recibir nada de nadie, ser querido por nadie. Solo amar lo que ya eres